Diccionario del desarrollo,
Una guía del conocimiento como poder
La famosa declaración de Harry S. Truman del 20 de enero de 1949 puede ser considerada la proclamación oficial del fin de la era colonial. Anunció un plan para el crecimiento económico y la prosperidad del mundo entero, incluyendo explícitamente a las “áreas subdesarrolladas”.
“Debemos embarcarnos en un audaz programa nuevo para poner a disposición los beneficios de nuestros avances científicos y progreso industrial para la mejora y crecimiento de las áreas subdesarrolladas… El viejo imperialismo -la explotación para el beneficio foráneo- no tiene lugar en nuestros planes… Una producción incrementada es la clave para la prosperidad y la paz. Y la llave a la mayor producción es una aplicación mas amplia y mas vigorosa del conocimiento científico y técnico moderno.” [1]
La mayor prosperidad demanda una producción incrementada y más producción requiere tecnología científica – este mensaje ha sido proclamado desde entonces en incontables declaraciones por las élites políticas tanto de Occidente como de Oriente. John F. Kennedy, por ejemplo, enfáticamente retó al Congreso el 14 de marzo de 1961 a ser consciente de su tarea histórica y autorizar los medios financieros necesarios para la Alianza para el Progreso:
“Por toda América Latina millones de personas luchan por liberarse de las ataduras de la pobreza, del hambre y de la ignorancia. En el Norte y en el Este ellos ven la abundancia que la ciencia moderna puede traer. Saben que las herramientas del progreso están a su alcance.” [2]
Con la era del desarrollo, la ciencia y la tecnología asumieron plenamente el papel conductor. Se les consideró como la razón de la superioridad del Norte y la garantía de la promesa del desarrollo. Como la “clave de la prosperidad” ellas iban a abrir el reino del excedente material y, como las “herramientas del progreso” iban a conducir a los países del mundo a las soleadas altiplanicies del futuro. No es sorprendente que por décadas numerosas conferencias en todo el mundo y particularmente en las Naciones Unidas, se enfocaran, en un espíritu de esperanza casi religiosa, en las “poderosas fuerzas de la ciencia y la tecnología”. Lire la suite »